Parecería una locura, pero a los perros no les gusta ser observados mientras orinan o defecan, así que una vez que lo guíes a su espacio, trata de alejarte un poco y no lo mires fijamente, no dejes de prestar atención, pero disimula y voltea hacia otros lados para que le permitas tener un poco de privacidad en ese momento.
Una vez que lo haya logrado, recuerda siempre felicitarlo, darle caricias y cariños. Y cuándo falle, aunque te cause frustración, trata de no regañarlo, prácticas como restregarles el hocico en los orines y otras de este estilo negativo, no te llevarán a completar esta tarea con éxito, sino a tener un compañero temeroso y asustado de hacer sus necesidades.